Según los autores John Yeo, Jerry Weiland, Dan Sullivan y David Bryla, cuyo estudio apareció en el número de enero de 2016 de HortScience, el Phytophthora cinnamomi es un patógeno omnipresente en la producción de arándanos. La infección por Phytophthora cinnamomi es más frecuente en las plantas tratadas con irrigación por goteo que por aspersores, y es más común en los terrenos pesados y los lugares con mal drenaje.
Los autores han llevado a cabo dos experimentos: uno con 10 variedades de arándano azul establecidas comercialmente, y el otro con siete variedades recién lanzadas, tres variedades establecidas comercialmente y tres selecciones avanzadas. Han identificado cuatro variedades establecidas comercialmente (Aurora, Legac”, Liberty y Reka) y dos variedades nuevas (Overtime y Clockwork) como las más resistentes alPhytophthora cinnamomi. “Cuando estos genotipos se inocularon [con Phytophthora cinnamomi], la media de biomasa del brote relativa era igual o mayor que en el 60% de las plantas no inoculadas, mientras que la biomasa relativa de la raíz era igual o mayor que en el 40%”, explican los autores. “A pesar de las diferencias entre las variedades durante el crecimiento, la biomasa del brote y la de la raíz de las variedades sanas sin inocular no se correspondía de forma positiva con la resistencia a la enfermedad, lo que indica que las variedades más vigorosas (es decir, aquellas con mayor biomasa) no eran necesariamente las más resistentes a la enfermedad”.
Los resultados muestran que la biomasa del brote relativa de los genotipos susceptibles, por otra parte, varía del 11% al 26%. Los genotipos susceptibles son Bluetta, Bluecrop, Bluegold, Blue Ribbon, Cargo, Draper, Duke, Elliott, Last Call, Top Shelf y Ventura.
Los autores concluyen que la resistencia genética es una “herramienta prometedora” para minimizar las pérdidas económicas causadas por la podredumbre de las raíces causada por el Phytophthora.