Anna Litwin, de Blue Haskap, se ha embarcado en la misión de hacer saber a los consumidores que la madreselva azul fresca que puedan haber probado hace unos años no tiene nada que ver con las nuevas variedades que se están cultivando ahora en Polonia.

La madreselva azul comestible, también conocida como chupamiel, se cultiva con éxito no solo en el noreste de Rusia, China, Japón y Canadá, sino también en países europeos como Gran Bretaña, Países Bajos, Eslovenia, Croacia y Polonia. La planta no es exigente en cuanto a cultivo y es resistente a enfermedades, por lo que no necesita demasiadas intervenciones químicas. Como resultado, es fácil de cultivar de forma ecológica.

“Mis padres empezaron a cultivar madreselva azul en 2012, creyéndolo un cultivo con mucho potencial en un mercado polaco de la manzana sobresaturado. Dos factores fueron los que les ayudaron a tomar la decisión: uno fue que, desde el punto de vista económico, tenía sentido, pero también les convencieron todos los beneficios que el fruto ofrecía a la salud. Empezaron con las variedades polacas que, en realidad, solo servían para su transformación, pero este año estamos ampliando la superficie de producción a 2,5 hectáreas con variedades mucho más dulces y sabrosas de Canadá, como Aurora, Indigo Gem y Honeybee”, explica Litwin.

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Blue Haskap planta arbustos de 2 o 3 años de edad para que empiecen a producir ya al año siguiente pequeñas cantidades de bayas para su consumo en fresco. No obstante, la empresa trabaja con socios que ya tienen plantas de 4 o 5 años de edad de las variedades canadienses, por lo que podrán suministrar al mercado en torno a 20 o 30 toneladas de bayas este año.

En general, las recientes condiciones meteorológicas de mediados de abril y principios de mayo han provocado que la temporada comience una semana más tarde de lo habitual, pero eso no ha afectado a la calidad ni ha causado daños ni pérdidas.

“Una de las características más importantes de esta planta es la resistencia a las heladas. Mientras que las flores de otras plantas (fresas, cerezas, manzanas, etc.) se han congelado casi por completo por la bajada de las temperaturas a principios de mayo, las madreselvas azules no han sufrido daños. Las flores pueden resistir incluso -11 °C”.

Está previsto que la cosecha comience en torno al 20 de junio y que todos los frutos se recolecten en 2 semanas. El periodo de disponibilidad es muy corto porque, si se cosecha demasiado tarde, las bayas se ablandan mucho y empiezan a caerse de las ramas.
“La madreselva azul tiene demanda en todo el mundo. Nosotros vendemos nuestras bayas a procesadores nacionales, pero también tenemos clientes en Países Bajos, Bélgica y Reino Unido interesados en el fruto fresco para los lineales de los supermercados. Algunos clientes de Canadá y Japón buscan producto congelado también. Miramos al futuro con optimismo y estamos seguros de que la madreselva azul tendrá tanta demanda como el arándano en un futuro próximo”, concluye Litwin.
Fuente: www.freshplaza.es