Con el fin de simplificar la tarea, Pablo Muñoz, ingeniero agrónomo, Magister en Ciencias, está desarrollando estudios en este ámbito y explicó de qué se trata.
El recambio varietal es el cambio de una variedad, en este caso de arándanos, por otra a través de la injertación.
Normalmente, la técnica para este cambio consiste en arrancar y plantar de nuevo las variedades elegidas, pero Pablo Muñoz tiene el objetivo de cambiar variedades en huertos ya establecidos. Esto es, utilizar una planta adulta con una estructura ya formada y aprovechar todas las reservas de la planta original en el crecimiento de la nueva planta, sólo con la precaución de eliminar durante los primeros años los brotes basales de la planta injertada.
“El beneficio es ocupar una estructura de la planta original además de un sistema radicular completo en el beneficio de una nueva variedad”, señaló.
Esta técnica, impactaría favorablemente, ya que según indicó el ingeniero agrónomo, se puede obtener producción el primer año al ser injertada la planta, además de un bajo costo y con una muy buena producción.
“La inversión inicial es un 40 a 50% más económica que el establecimiento de un nuevo huerto”, detalló y agregó que “la nueva variedad se puede apreciar al brotar la planta, es decir en 2 o 3 meses, dependiendo de la variedad a injertar, y la producción se vería un año después”.
En este momento su desarrollo está en etapa de ensayos, pero esta temporada se realizará a escala comercial injertando poco más de 2 hectáreas.
“Los principales beneficios que yo puedo observar, es poder realizar el cambio de una variedad, que se encuentre fuera de mercado (calidad de fruta, fecha de fructificación, etcétera) por otra que realmente tenga un valor comercial y efectuar este cambio en forma rápida, barata y con una importante producción en los primeros años”, concluyó.