Un nuevo estudio publicado en el Journal of Gerontology Series A ha descubierto que ingerir 200 gramos de arándanos a diario durante un mes puede mejorar la función de los vasos sanguíneos y disminuir la presión arterial sistólica en personas sanas.

Un grupo de investigadores del King’s College de Londres estudió a 40 voluntarios sanos durante un mes, a quienes cada día y de manera aleatoria se les suministró una bebida con 200 gramos de arándanos o una bebida de control.

El equipo hizo un seguimiento de las sustancias químicas en la sangre y la orina de los voluntarios, así como de su presión arterial y la dilatación mediada por flujo (FMD) de la arteria braquial, medida que permite conocer cuánto se ensancha la arteria cuando aumenta el flujo sanguíneo, lo cual se considera un biomarcador sensible del riesgo de enfermedad cardiovascular.

Conclusiones
Los efectos en la función de los vasos sanguíneos se observaron dos horas después de la ingesta de las bebidas de arándano y se mantuvieron durante un mes, incluso después de ayuno nocturno.

En el transcurso del mes, la presión arterial se redujo en 5 mmHg, similar a lo que se suele ver en los estudios que emplean medicamentos para reducir la presión arterial.

Las bebidas que contenían antocianinas purificadas mejoraron la función endotelial. Las céculas endoteliales actúan como barrera entre la sangre o la linfa y el tejido corporal circundante, además de desempeñar una función clave en la coagulación de la sangre y la regulación de la presión arterial.

Ni la bebida de control, ni la de fibra ni la de minerales y vitaminas, tuvieron un efecto significativo sobre la FMD dos y seis horas después del consumo.

La mayoría de los efectos las explican las antocianinas
La investigadora principal, la doctora Ana Rodríguez-Mateos, del Departamento de Ciencias de la Nutrición del King’s College de Londres, explica: “Aunque lo mejor es comer los arándanos enteros para obtener el beneficio completo, nuestro estudio indica que la mayoría de los efectos se pueden explicar mediante las antocianinas. Si los cambios que hemos visto en la función de los vasos sanguíneos tras la ingesta diaria de arándanos pudiera mantenerse durante toda la vida de una persona, podría reducir hasta es un 20% el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular”.

Fuente: sciencedaily.com